Cientos de inmigrantes, generalmente latinoamericanos, están volviendo a sus países agobiados por la crisis económica. Se nota en los planes de retorno voluntario y en las reagrupaciones familiares. Y hay muchos que devuelven los pisos al banco ante la imposibilidad de pagar la hipoteca.
La crisis económica parece haber cambiado la tendencia de los flujos migratorios. El efecto llamada que producía la boyante situación económica española se ha diluido y ahora todos los datos hablan de un cambio de rumbo. Las reagrupaciones familiares y los contratos en origen van a menos mientras que los planes de retorno del Gobierno empiezan a funcionar y se cuentan por decenas los extranjeros que entregan las llaves de sus casas al banco y se vuelven a sus países.
Según datos de la Oficina de Extranjeros de Valencia, en el mes de enero se ha regulado a 375 personas por la vía de la reagrupación familiar, 50 menos que en enero del año anterior. Y en el mes de febrero ha habido 331, 124 menos que en febrero de 2008. Por su parte, el secretario de estado de Seguridad, Antonio Camacho, explicó en el Congreso que el año pasado se realizaron 50.000 contrataciones menos en origen.
La crisis económica parece haber cambiado la tendencia de los flujos migratorios. El efecto llamada que producía la boyante situación económica española se ha diluido y ahora todos los datos hablan de un cambio de rumbo. Las reagrupaciones familiares y los contratos en origen van a menos mientras que los planes de retorno del Gobierno empiezan a funcionar y se cuentan por decenas los extranjeros que entregan las llaves de sus casas al banco y se vuelven a sus países.
Según datos de la Oficina de Extranjeros de Valencia, en el mes de enero se ha regulado a 375 personas por la vía de la reagrupación familiar, 50 menos que en enero del año anterior. Y en el mes de febrero ha habido 331, 124 menos que en febrero de 2008. Por su parte, el secretario de estado de Seguridad, Antonio Camacho, explicó en el Congreso que el año pasado se realizaron 50.000 contrataciones menos en origen.
Por contra, más de doscientos inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana se han acogido al Plan de Retorno Voluntario del Gobierno ligado al subsidio de desempleo, que a primeros de febrero había contabilizado 2.231 en todo el país, según fuentes del Ministerio del Trabajo.
Se trata de un plan que contempla el pago del subsidio de desempleo en dos veces con la condición de que el afectado vuelva a su tierra y no regrese en al menos tres años. Aunque al principio -entró en vigor en noviembre de 2008- no tuvo éxito, el plan se ha relanzado en los últimos dos meses hasta doblar las cifras.
También el Plan de Retorno Voluntario de carácter social empieza a crecer. En el año 2008 se acogieron a este plan, que se basa en subvenciones del Gobierno para volver con un mínimo de dignidad, 1.821 personas en toda España, casi doscientas en la Comunitat Valenciana. En lo que va de año se han contabilizado 113 más, de las cuales 11 corresponden a la Comunitat, más concretamente a Valencia. Se trata de 8 argentinos, 2 bolivianos y 1 palestino.
Y hay un último dato que no figura en las estadísticas, pero sí en el trabajo diario de las ONG. Decenas de inmigrantes están devolviendo sus casas al banco y volviendo a su país de origen ante la imposibilidad de seguir pagando la hipoteca. Así lo han confirmado fuentes de la Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos Rumiñahui, que ha puesto un abogado a disposición de estas personas para tratar de encontrar soluciones.
Negociación con los bancos
Según Edgar Constante, portavoz de la asociación, cuandos e presenta uno de estos casos siempre se barajan dos opciones: una es renegociar la hipoteca con el banco para rebajar la mensualidad, opción por la que se decanta una minoría; o devolver la casa al banco para volver a su país o quedarse en España en situación precaria en lo que a vivienda se refiere.
En estos supuestos, dijo el portavoz de Rumiñahui, lo normal es que el banco vuelva a hacer una tasación de la vivienda para ver en qué condiciones la devuelve y ordenar la entrega de las llaves.
El problema, dice, es que a partir de ahí no se sabe muy bien qué va a pasar, pues "los bancos ahora no quieren sacar casas a subasta porque nadie las compra y tendrían que darlas muy baratas. Y cuando las saquen a subasta dentro de unos años -continúa- no sabemos si el precio obtenido será suficiente para cubrir la deuda, con lo cual pueden encontrarse con que les sigan reclamando dinero a ellos o a los avalistas".
Fuente: Levante de Castellón
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